sábado, 29 de noviembre de 2008

Málaga, ciudad de la luz



Capital de la Costa del Sol, situada en la zona más septentrional de Andalucía, destaca por su especial luminosidad. Málaga se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes de la Península, no sólo por su clima seco y caluroso sino además por el atractivo de los pueblos colindantes.

Pese a que se ha rendido a los jugosos ingresos que derivan del turismo de sol y playa, lo que le ha llevado a adaptar su imagen y sus actividades económicas, su centro histórico permanece inexpugnable.

Su origen se remonta a la prehistoria, de la que guarda restos en lugares como Benaoján y Antequera. Con la llegada de los primeros comerciantes fenicios, empiezan a aparecer los primeros centros urbanos. Los romanos la convirtieron en uno de los núcleos comerciales del Imperio por su privilegiado emplazamiento a orillas del Mediterráneo.

Este pasado ha impregnado la arquitectura de una cierta singularidad. Las tradicionales casas blancas adornadas con multitud de flores aún se pueden contemplar en muchos de los pueblos de la provincia.

En la Plaza del Obispo se encuentra la Catedral, uno de los monumentos más importantes de la ciudad. Se conoce popularmente por el nombre de La Manquita, debido a que una de sus torres está inacabada. Fue construida en el siglo XVI, por orden de los Reyes Católicos, sobre la base de una antigua mezquita. De estilo gótico, en su interior se observan influencias renacentistas y barrocas. Destaca la sillería del coro en la nave central y, sobre todo, la obra escultórica de Pedro de Mena.

Testigo de la ocupación árabe se erige La Alcazaba. Se trata de una fortificación palaciega construida en la roca. Está emplazada en un cerro, en cuya parte más alta se encuentra también el castillo de Gibralfaro. Esta obra militar es, además, la más importante que se conserva en España. Posee hermosos jardines y en su interior acoge al Museo Arqueológico.

A parte de por su belleza, la ciudad es conocida a nivel mundial por haber engendrado a uno pintores más excepcionales del siglo pasado: Pablo Picasso. Y es que hablar de Málaga es hablar del padre del cubismo. En la Plaza de la Merced se puede visitar la casa donde en 1881 nació el pintor, ahora convertida en museo. Desde 1998 alberga la Fundación que lleva su nombre y acoge una colección de 3500 piezas de más de 200 artistas. De entrada gratuita, entre sus principales atractivos se encuentra una nutrida biblioteca, una hemeroteca y material audiovisual sobre Picasso y el arte contemporáneo, además de una sala de exposiciones que acoge muestras de artistas nacionales e internacionales.

Málaga cuenta además con jardines que por su patrimonio vegetal se encuentran entre los mejores de Europa: El Retiro, La Concepción y El Parque. De entre estos destaca el Jardín Botánico-Histórico de La Concepción por su valor vegetal e histórico. Su colección de palmeras está considerada de las mejores en Europa; compuesta por cerca de 100 especies, tiene ejemplares únicos como una datilera de siete brazos. Posee un jardín romántico reconocido en 1943 como “jardín histórico-artístico”.

En cuanto a la gastronomía, la ciudad es conocida por sus frituras, y en especial, por su pescaíto. Numerosos restaurantes cercan el Paseo Marítimo Antón Martín para ofrecer al visitante los populares espetos de sardinas que pueden ser degustados a pie de playa. Sopas frías como el ajoblanco a base de aceite de oliva, ajo y almendras, o el gazpacho andaluz coronan la estación estival.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Palencia: cuna del románico español




Lugar de paso y hogar de diferentes culturas, alberga la mayor concentración de restos románicos de Europa. Esta ciudad española, enclavada al norte de la Comunidad de Castilla y León, está regada por el Carrión y el Pisuerga. Las riberas del Pisuerga cobijan a un importante número de restos prehistóricos.

Aguilar del Campoo es sin duda el pueblo románico por excelencia. Multitud de Iglesias, fortificaciones, pórticos, torres... han hecho de este enclave, antaño poblado por cántabros, visigodos y romanos un lugar muy conocido en la región. Declarado Conjunto Histórico Artístico, aún pueden verse las ruinas de su antiguo castillo levantado en el siglo XI. De la misma época conserva un amplio tramo de la muralla, en la que destaca la Puerta de Reinosa.

Palencia es cuna de uno de los tesoros más interesantes de toda la geografía española: la Iglesia de San Martín Frómista, construida en el año 1.100. Considerada Monumento Nacional es el único testimonio de un importante conjunto monástico fundado por la madre del entonces rey de Castilla, Fernando I.

Desde que se descubriera la tumba del Apóstol Santiago la ruta jacobea cruza la provincia de Palencia. Los pasos del Camino de Santiago han dejado huellas como la Iglesia de Santiago en Carrión de los Condes, Monumento Histórico Artístico desde 1931.

El Barrio de Santa María es otro de los pueblos de conocimiento obligado por su relevancia artística. A un kilómetro del pueblo, sobre un cerro, se encuentra la ermita de Santa Eulalia. De singular belleza son las representaciones grabadas sobre los capiteles de los ventanales. En el izquierdo se reproduce el tema del pecado original, y en los del derecho la lucha con animales fantástico. En el interior hay pinturas murales del siglo XIII: el Pantócrator y el Tatramorfos.

En lo alto de un risco se levanta la ermita de Santa Cecilia, en Vallespinoso de Aguilar. Construida a finales del s. XII, sus reducidas dimensiones han permitido que se integre perfectamente en el paisaje. De imaginación desbordante son los grabados que lucen los capiteles del interior.

La cocina palentina es rica en verduras y hortalizas. Muy conocida es la menestra de verduras, los pichones escabechados, las perdices, codornices, y sobre todo la liebre con alubias blancas. Entre las carnes destaca el lechazo a la palentina. Populares son las patatas del Valle de la Ojeda, preparadas a la importancia, con bacalao o con carne y pimentón. Las truchas del Carrión y del Pisuerga gozan de un gran reconocimiento en la región.



lunes, 17 de noviembre de 2008

Córdoba, cruce de culturas



Córdoba, situada en la zona más septentrional de Andalucía, fue foco de la cultura árabe, capital del califato y cuna de grandes hombres como el filósofo Séneca o el poeta Lucano. Bañada por el río Guadalquivir, es una ciudad forjada a partir de civilizaciones muy diversas: cristiana, judía y árabe. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad, conserva interesantes vestigios y monumentos que dan fe de este hegemónico pasado.

Córdoba es una ciudad para pasear, para disfrutar pausadamente, descubriendo sus estrechas calles, sus plazas y sus patios coloristas. Su patrimonio cultural y artístico ha convertido a la ciudad en un lugar de referencia a nivel europeo. Sin embargo, este reconocimiento se remonta al siglo VIII cuando llegó a ser capital de Al Andalus y uno de los focos culturales más importantes de Occidente. Trece siglos más tarde cada esquina aún encierra ese sabor árabe.

De entre todos sus monumentos destaca La Mezquita. Más allá de lo espectacular de su belleza, que le ha llevado a ser merecedora de la etiqueta Patrimonio de la Humanidad, destaca su orientación geográfica. La Mezquita de Córdoba mira hacia al Sur, en lugar de a La Meca.

Su construcción se realizó en varias fases hasta convertirla en el mayor templo islámico tras la Beit Allah de La Meca. Durante la Reconquista sufrió nuevas modificaciones para adaptarla al culto cristiano. La más importante fue la edificación de la catedral en el centro del templo musulmán.

El acceso al interior se realiza a través de varias puertas de gran belleza. Destaca la puerta del Perdón, de estilo mudéjar, famosa por ser el lugar donde los pecadores recibían la absolución; la puerta del Caño Gordo, de estilo clásico, o la de San Estebán, la más antigua. Tras franquear la puerta de acceso se encuentra el Patio de los Naranjos, rodeado por una galería porticada y adornado por diversas fuentes.
En su interior cobran fuerza los famosos 850 pilares que sustentan la construcción. Lo armonioso de su colorido es fruto de la combinación de materiales como el jade, el granito y el mármol.

Medina Azahara a escasos 7 kilómetros de la capital cordobesa, es uno de los centros arqueológicos más importantes de España. En sus orígenes, fue concebida como una fastuosa residencia califal por Abderramán III. Ubicada en la falda de Sierra Morena, fue construida para simbolizar la superioridad del califa ante sus enemigos.

La cocina cordobesa se caracteriza por el uso de productos del campo, como cereales o legumbres, condimentadas con especies, vestigio de su pasado árabe. La sierra, que provee a la región de variadas carnes, ha hecho de este alimento otra de las bases de la alimentación.
La influencia musulmana dejó un sabor profundo en la gastronomía, platos agridulces como el cordero a la miel, fritos de calabacín o el salmorejo son comunes en numerosos restaurantes diseminados por el casco histórico. Por su parte los cristianos aportaron el gusto por las carnes: estofados de rabo de buey, jamones de cerdo ibérico del valle de los Pedroches, la caldereta de cordero, etc. Entre los postres destacan las rosquillas rellenas de miel y el pastel cordobés. Este popular dulce se elabora a base de hojaldre que se rellena con cabello de ángel.
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lunes, 10 de noviembre de 2008

Un paseo por Chinchón

Municipio castizo por antonomasia, Chinchón huele a arte y al buen comer. A escasos 50 kilómetros de Madrid el pueblo ha conseguido mantener una personalidad propia basada en el toro. Enclavado en plena cuenca del Tajo-Jarama, entre los altos del páramo y las vegas del Tajuña, su especial localización es la responsable de las tonalidades ocres y pardas que tiñen sus paisajes.


Hablar de Chinchón es referirse a la tauromaquia. Su unión nació en la Edad Media y todavía perdura. La Plaza de toros, de forma irregular, ha dado cobijo a las corridas populares desde mediados del siglo XIX.

Otro de los símbolos del municipio es la Plaza Mayor, de arquitectura popular. Desde el siglo XVII está cerrada por 234 balcones y soportales, bajo los cuales se encuentran numerosos restaurantes y mesones donde se puede degustar uno de los platos más típicos de la localidad: el rabo de toro. Desde su construcción, la plaza ha albergado numerosas actividades: fiestas reales, proclamaciones e incluso corridas de toros.

Cerca de la plaza se ubica la Iglesia de la Asunción. Construida en el siglo XV presenta una gran mezcla de estilos arquitectónicos que van desde el gótico al barroco. Dentro del templo, destaca su retablo principal pintado por Goya y conocido como la “Asunción de la Virgen”.

Chinchón es también famoso por su Semana Santa, en la que más de 250 vecinos reviven La Pasión el Sábado Santo; esta representación, se ha convertido en una de las manifestaciones más conocidas de la Comunidad de Madrid.

En lo referente a la gastronomía, destacan los asados de cordero y cochinillo y el anís. Desde el siglo XVII Chinchón cuenta con una producción propia de anís matalahúva. Este grano de anís se caracteriza por ser un fruto seco de forma ovalada y color verdoso. Anís de Chinchón es una Denominación Geográfica de Calidad reconocida por la Unión Europea. El anís puede ser dulce, seco o extra seco. Se puede consumir como licor o bien emplearse en elaboración de gran número de postres por su sabor dulzón.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Alcalá se prepara para la 38º edición de Alcine


Todo está listo para que el próximo día 7 de noviembre arranque una de las citas cinematográficas más antiguas de nuestro país. Por tercer año consecutivo, el festival estará dedicado al cortometraje europeo. Más de 342 obras ya han sido presentadas para competir en la sección especial “Certamen Europeo”. Los mejores trabajos se proyectarán hasta el fin del certamen, el día 15 de noviembre. La obra ganadora de cada sección a concurso será premiada con 9000 euros.

En esta edición Brasil aparece como el invitado de honor. El país latinoamericano será homenajeado a través de la proyección de 35 de sus mejores cortos. Los asistentes podrán disfrutar de diferentes trabajos presentados por categorías temáticas: cortometrajes premiados en los festivales más importantes, nuevas tendencias, cortos recientes y obras que acercan la realidad de las favelas. El ciclo se completa con la exhibición de otras artes, como música o fotografía, y con un programa especial para los niños.

A través de la sección Pantalla Abierta, el Festival también muestra el trabajo en largometrajes de nuevos directores. El objetivo es acercar al gran público aquellas propuestas, que por su contenido, quedan fuera del circuito comercial. En esta sección se encuentra el Premio del Público en el que los asistentes deciden por votación cuál ha de ser la película galardonada.

En los últimos años, el Festival ha ampliado su propuesta gracias a Alsonic, dedicado a la música. El plato estrella de la edición será la cantante Bebe, quien va a ofrecer un convierto el día 6 de noviembre en el teatro Cervantes. Las entradas se pueden adquirir en el propio teatro a un precio de 16 euros. Los Amantes del Beat y VossaNau serán los responsables de acercar los ritmos latinos a la localidad madrileña.